Con el cambio de temporada y las fluctuaciones en el clima, los chicos están cada vez más expuestos a contraer gripe, resfriados u otras afecciones respiratorias.
Si bien muchas veces es inevitable contagiarse de una enfermedad, existen algunas maneras de prevenirlas.
Es importante que, de ser posible, mantengas al niño alejado de zonas donde haya gran concentración de gente o espacios sin ventilación suficiente. Sobre todo, es fundamental que lo resguardes en caso de presentar síntomas para evitar la transmisión del virus.
Te dejamos otros consejos para que tengas en cuenta en la rutina:
– Siempre que estés por alimentar a tu bebé, tomarlo en brazos o manipular algún objeto suyo, lavate las manos con agua y jabón y… ¡recordá advertir a las visitas para que hagan lo mismo!
– Higienizá sus juguetes y las superficies donde el niño se desplaza de manera frecuente. Mantené las ventanas abiertas para ventilar los espacios de manera natural.
– Si tu hijo/a es un poco más grande, enseñale a toser o estornudar en el antebrazo, a descartar de manera inmediata los pañuelitos descartables y a lavarse las manos constantemente. Recordá que vos y su entorno son su ejemplo a seguir.
– Otro factor importante es llevar a cabo una dieta equilibrada para reforzar el sistema inmune. Es importante el consumo de líquidos y de alimentos ricos en minerales y vitaminas.
Recordá consultar inmediatamente con un profesional en caso de que los síntomas persistan o sean poco comunes.